El inminente inicio de obras para el nuevo palacio de gobierno en La Paz ha generado un intenso debate en las redes sociales > diseñoBolivia < el debate gira sobre todo en torno a las cualidades arquitectónicas del edificio propuesto, algunas personas desde hace tiempo ya han cuestionado el poco transparente procedimiento por el que se ha llegado al resultado, considerando la omisión de leyes del estado que describen claramente los procesos para la selección de anteproyectos para obras publicas de magnitud y por la obvia importancia de la "casa del pueblo" llama poderosamente la atención que se hayan pasado por alto leyes y reglamentos vigentes.
La situación es compleja por que trasciende el mundo especifico de la disciplina arquitectónica y se adentra en el contradictorio mundo de la política y para una mejor comprensión de los hechos del presente es siempre importante remontarnos a algunos hechos del pasado.
A lo largo de la historia de la humanidad las culturas dominantes luego de someter por la fuerza a la cultura o civilización que han combatido han erigido sus monumentos de victoria sobre las ruinas de los anteriores, ésta es una práctica política tan antigua como la misma humanidad y en ésta dinámica se han construido grandes obras arquitectónicas que son demostración tangible de un cambio de realidad.
Por ejemplo los conquistadores españoles construyeron la catedral de Méjico DF sobre las ruinas del templo sagrado de los aztecas en el centro urbano de la gran Tenochtitlán. Guiados por el arquitecto Claudio de Arciniegas, creando uno de los templos católicos barrocos más importantes de América.
De una manera similar las fundaciones de piedra labrada de Kiswarkancha el templo mayor de los Incas en Cuzco, Perú; Fueron utilizadas como fundaciones para la Basílica-Catedral de la virgen de la Asunción actual Catedral de Cuzco, como símbolo de la derrota de la cultura Inca y la erradicación de cualquier otra forma de culto que no sea la religión católica. El templo de Kiswarkancha y todos sus tesoros fueron devastados.
En Europa los españoles no se han salvado de invasiones y similares devastaciones y en un periodo de más menos 700 años en Cordoba, se ha podido ver como una y otra vez los edificios símbolos del poder se han devastado, reconstruido, vuelto a devastar y reconstruir en función del poder dominante, Visigodos, Musulmanes, Católicos.
Luego de la colonia, en la época republicana era imperativo imponer la arquitectura de la Revolución Francesa y modificar los trazados urbanos para implantar físicamente el nuevo orden mundial, sin embargo la nueva filosofía reinante tenía una base muy fuerte en el estudio, documentación, el respeto y recuperación de las expresiones culturales del pasado, la historia y la naturaleza, es por eso que desde entonces los edificios "derrotados" ya no son destruidos, sino preservados y revitalizados con nuevas funciones más democráticas y populares.
La industrialización y la modernidad también han intentado derrocar estilísticamente al pasado, pero su actitud era la de ignorar por completo cualquier referencia formal de la arquitectura historicista o neoclásica, e implementar una estética sobre la base del pensamiento maquinista, industrial, progresista, futurista y es así que nuestros vecinos en Brasil han construido monumentos de la politica moderna en la selva amazónica.
La industrialización y la modernidad también han intentado derrocar estilísticamente al pasado, pero su actitud era la de ignorar por completo cualquier referencia formal de la arquitectura historicista o neoclásica, e implementar una estética sobre la base del pensamiento maquinista, industrial, progresista, futurista y es así que nuestros vecinos en Brasil han construido monumentos de la politica moderna en la selva amazónica.
Es solo hasta ahora en la plenitud de la postmodernidad que surge la oportunidad de nuevamente intentar transformar la realidad física del medio ambiente urbano y rural mediante hechos arquitectónicos, sin embargo la fuerza que mueve los presentes monumentos proviene desde la cultura de la política.
Como el gran crítico de arquitectura Prof. J. Kipnis nos enseña, es evidente que la técnica utilizada para el diseño del nuevo palacio de gobierno se desenvuelve sobre una narrativa cuidadosamente estructurada y calculada para lograr como toda buena narrativa episodios clave, que hacen a los efectos deseados: La nueva historia que se quiere contar.
El edificio presentado en los medios, es un cúmulo de efectos cinemáticos realizados por un equipo conformado en su mayoría por artistas, guionistas, productores, escritores, pensadores; Producido por profesionales de la política, filósofos, decoradores de interiores, y en penúltima instancia ingenieros y en última, pero última instancia, diría yo, arquitectos.
Es muy evidente el relegado lugar que han desempeñado los arquitectos en el equipo de trabajo, únicamente como la figura burocrática encargada de preparar los necesarios documentos gráficos-técnicos y segundo debido a que desde su concepción, el nuevo palacio de gobierno no presenta las cualidades básicas que un equipo liderizado por profesionales (idóneos) de la arquitectura y el urbanismo hubieran concebido.
La primera de esas cualidades surge de un correcto estudio de localización para un edificio de las características programáticas tan complejas como las de un palacio de gobierno en Bolivia.
De un correcto estudio de localización hubiera surgido el correspondiente respeto por el patrimonio histórico, lo que pone en evidencia que la decisión de la localización, y consiguiente destrucción de un edificio de valor incalculable solo puede ser concebida por un pensamiento político, NO por un pensamiento arquitectónico.
Un estudio urbanistico elemental hubiera sugerido criterios muy obvios como que las actividades gubernamentales del estado deben desconcentrarse para aliviar al saturado centro historico de La Paz.
En la presentación a los medios, representantes gubernamentales han indicado que: “.....Cada época crea sus símbolos, cada ciclo histórico crea sus símbolos y era importante que nuestro proceso de cambio forjara su símbolo arquitectónico y hoy la Casa Grande del Pueblo será un símbolo del proceso de cambio”.
Y a cabalidad, el edificio presentado cumple perfectamente esa función de representar una visión particular de este tiempo, y justamente es por eso que carece de cualidades arquitectonicas significativas.
Pero el palacio de gobierno de Bolivia podría haber sido proyectado sobre la base de cualidades que todos los bolivianos añoramos, cualidades como la accesibilidad y la transparencia.
Cualidades como la austeridad y el respeto al medio ambiente como representativas del espíritu de nuestra época y de la esperanza de cambio y revolución, un pensamiento opuesto a la fastuosa filosofía anteriormente gobernante.
Pero por el contrario, el resultado presentado no es austero, es pobre; El edificio presentado es pobre en su simplona concepción urbana (ni si quiera le hace un gesto a la esquina) y por lo tanto es un edificio desconectado de una ciudad maravillosa y compleja, eso sí, el edificio es presentado con incrustaciones de metales preciosos, lleno de decoración con iconos indígenas, pero la decoración es lo superfluo y lo superfluo es todo lo contrario de lo revolucionario.
El proyecto es descrito por los políticos como esas cosas que resultan del pragmatismo de la pobreza, lo que se ha podido hacer no-más, pero por ningun lado aparecen los arquitectos autores, quienes normalmente son los orgullosos presentadores de la obra, e incansablemente debieran estar exhibiendo su maravillosa creación, en realidad lo que todos miran, es el helicoptero en el techo como lo "wow" del edificio. _FAiL_
Las culturas ancestrales de nuestro país desde la montaña, los valles, hasta los llanos nos han dejado un legado inconmensurable en arquitectura y urbanismo, una gran riqueza de obras proyectadas y construidas por los médicos-brujos de la forma y espacio.
Como el gran crítico de arquitectura Prof. J. Kipnis nos enseña, es evidente que la técnica utilizada para el diseño del nuevo palacio de gobierno se desenvuelve sobre una narrativa cuidadosamente estructurada y calculada para lograr como toda buena narrativa episodios clave, que hacen a los efectos deseados: La nueva historia que se quiere contar.
El edificio presentado en los medios, es un cúmulo de efectos cinemáticos realizados por un equipo conformado en su mayoría por artistas, guionistas, productores, escritores, pensadores; Producido por profesionales de la política, filósofos, decoradores de interiores, y en penúltima instancia ingenieros y en última, pero última instancia, diría yo, arquitectos.
Es muy evidente el relegado lugar que han desempeñado los arquitectos en el equipo de trabajo, únicamente como la figura burocrática encargada de preparar los necesarios documentos gráficos-técnicos y segundo debido a que desde su concepción, el nuevo palacio de gobierno no presenta las cualidades básicas que un equipo liderizado por profesionales (idóneos) de la arquitectura y el urbanismo hubieran concebido.
La primera de esas cualidades surge de un correcto estudio de localización para un edificio de las características programáticas tan complejas como las de un palacio de gobierno en Bolivia.
De un correcto estudio de localización hubiera surgido el correspondiente respeto por el patrimonio histórico, lo que pone en evidencia que la decisión de la localización, y consiguiente destrucción de un edificio de valor incalculable solo puede ser concebida por un pensamiento político, NO por un pensamiento arquitectónico.
Un estudio urbanistico elemental hubiera sugerido criterios muy obvios como que las actividades gubernamentales del estado deben desconcentrarse para aliviar al saturado centro historico de La Paz.
En la presentación a los medios, representantes gubernamentales han indicado que: “.....Cada época crea sus símbolos, cada ciclo histórico crea sus símbolos y era importante que nuestro proceso de cambio forjara su símbolo arquitectónico y hoy la Casa Grande del Pueblo será un símbolo del proceso de cambio”.
Y a cabalidad, el edificio presentado cumple perfectamente esa función de representar una visión particular de este tiempo, y justamente es por eso que carece de cualidades arquitectonicas significativas.
Pero el palacio de gobierno de Bolivia podría haber sido proyectado sobre la base de cualidades que todos los bolivianos añoramos, cualidades como la accesibilidad y la transparencia.
Cualidades como la austeridad y el respeto al medio ambiente como representativas del espíritu de nuestra época y de la esperanza de cambio y revolución, un pensamiento opuesto a la fastuosa filosofía anteriormente gobernante.
Pero por el contrario, el resultado presentado no es austero, es pobre; El edificio presentado es pobre en su simplona concepción urbana (ni si quiera le hace un gesto a la esquina) y por lo tanto es un edificio desconectado de una ciudad maravillosa y compleja, eso sí, el edificio es presentado con incrustaciones de metales preciosos, lleno de decoración con iconos indígenas, pero la decoración es lo superfluo y lo superfluo es todo lo contrario de lo revolucionario.
El proyecto es descrito por los políticos como esas cosas que resultan del pragmatismo de la pobreza, lo que se ha podido hacer no-más, pero por ningun lado aparecen los arquitectos autores, quienes normalmente son los orgullosos presentadores de la obra, e incansablemente debieran estar exhibiendo su maravillosa creación, en realidad lo que todos miran, es el helicoptero en el techo como lo "wow" del edificio. _FAiL_
Las culturas ancestrales de nuestro país desde la montaña, los valles, hasta los llanos nos han dejado un legado inconmensurable en arquitectura y urbanismo, una gran riqueza de obras proyectadas y construidas por los médicos-brujos de la forma y espacio.
En esta época de gran bonanza de nuestros recursos naturales. una vez más hemos tenido la oportunidad como sociedad de crear algo cuya belleza esté a la altura del gran entorno natural en el que vivimos.
Y por el contrario así de pobres son y siempre serán los edificios diseñados por políticos.
Y por el contrario así de pobres son y siempre serán los edificios diseñados por políticos.