En Agosto se cumplen 10 años desde que tuve la oportunidad de estudiar en Tokio. Y en esa oportunidad, entre otras cosas, aprender mucho del desarrollo urbanístico japonés, y adquirir herramientas un para lograr un análisis crítico de la historia de la arquitectura desde fines de la segunda guerra mundial con una perspectiva un poco mas amplia.
Aprovecho el aniversario de mi viaje, la publicación de “Project Japan”, y el estado actual de las cosas, para reflexionar acerca de uno de los temas sobresalientes en la historia de la arquitectura.
El movimiento llamado METABOLISTA, fue un movimiento compuesto por la más diversa selección de arquitectos de todo el Japón, diversos no solamente en su tendencia de diseño, sino desde el punto de vista de sus posiciones políticas, posiciones culturales y sociales. Un grupo de arquitectos llamados progresistas, parte de un movimiento activo entre 1960 y 1990 más menos.
En 1960 el estado Japonés necesitaba presentar al mundo una vanguardia, una rama de modernismo local, y los ”metabolistas” fueron eso, básicamente puestos en la palestra para que pudieran destacarse como contraparte de los vanguardistas de EEUU y Europa, en una década de idealistas.
Lo que es verdaderamente fascinante y más importante aún, es que el gobierno japonés se comporta como un AGENTE CREATIVO, posición que vale la pena mencionar está MUY LEJOS de la actual situación mundial y sobre todo en Bolivia.
El estado como un titiritero (en el sentido positivo) para un movimiento de arquitectos y arquitectura, y el estado también como un director de orquesta del sector público para inventar para todo el Japón un proyecto que pudiera lidiar con un ejército de profesionales de muy buena formación y con el potencial (y las debilidades) que eso significa para una nación que se encuentra en medio de una situación económica de BONANZA.
Lo importante de ese fenómeno es reconocer que probablemente fue la última vez en la cual ha existido una colaboración significativa entre el sector público y los arquitectos, una oportunidad en la que un arquitecto podía tener la seguridad de estar sirviendo a un PROPÓSITO MAYOR que la simple fantasía propia o la fantasía de un cliente privado.
Esa época en Japón también fue una época muy interesante para el espíritu de la comunidad de arquitectos, profesionales que han trabajado en un clima muy intenso y muy intimo por aproximadamente 30 años, lo cual se ha traducido en una cultura de colaboración verdaderamente loable. Y por supuesto una propuesta ante su sociedad, muy coherente.
Muy diferente nuevamente de la situación actual en la que los arquitectos han dejado de ser arquitectos y se han convertido en “consultores” que se pelean casi hasta la muerte por la adjudicación de un proyecto.
En Bolivia la situación es hasta el extremo muy diferente, donde el estado ignora por completo (en todos los niveles, nacional, gobernaciones y municipios) la oportunidad “espacial” que le significa más de una década de bonanza económica, y lo más preocupante es UN ESTADO QUE IGNORE SUS PROPIAS LEYES (ley 1373), leyes que le garantizan por sobre todo transparencia y responsabilidad en el diseño y la ejecución de proyectos para el bien común.
IMAGEN:
Shizuoka Press and Broadcasting Center
AUTOR:
Kenzo Tange.
Photografia por J. Savoie - WikiMedia
Aprovecho el aniversario de mi viaje, la publicación de “Project Japan”, y el estado actual de las cosas, para reflexionar acerca de uno de los temas sobresalientes en la historia de la arquitectura.
El movimiento llamado METABOLISTA, fue un movimiento compuesto por la más diversa selección de arquitectos de todo el Japón, diversos no solamente en su tendencia de diseño, sino desde el punto de vista de sus posiciones políticas, posiciones culturales y sociales. Un grupo de arquitectos llamados progresistas, parte de un movimiento activo entre 1960 y 1990 más menos.
En 1960 el estado Japonés necesitaba presentar al mundo una vanguardia, una rama de modernismo local, y los ”metabolistas” fueron eso, básicamente puestos en la palestra para que pudieran destacarse como contraparte de los vanguardistas de EEUU y Europa, en una década de idealistas.
Lo que es verdaderamente fascinante y más importante aún, es que el gobierno japonés se comporta como un AGENTE CREATIVO, posición que vale la pena mencionar está MUY LEJOS de la actual situación mundial y sobre todo en Bolivia.
El estado como un titiritero (en el sentido positivo) para un movimiento de arquitectos y arquitectura, y el estado también como un director de orquesta del sector público para inventar para todo el Japón un proyecto que pudiera lidiar con un ejército de profesionales de muy buena formación y con el potencial (y las debilidades) que eso significa para una nación que se encuentra en medio de una situación económica de BONANZA.
Lo importante de ese fenómeno es reconocer que probablemente fue la última vez en la cual ha existido una colaboración significativa entre el sector público y los arquitectos, una oportunidad en la que un arquitecto podía tener la seguridad de estar sirviendo a un PROPÓSITO MAYOR que la simple fantasía propia o la fantasía de un cliente privado.
Esa época en Japón también fue una época muy interesante para el espíritu de la comunidad de arquitectos, profesionales que han trabajado en un clima muy intenso y muy intimo por aproximadamente 30 años, lo cual se ha traducido en una cultura de colaboración verdaderamente loable. Y por supuesto una propuesta ante su sociedad, muy coherente.
Muy diferente nuevamente de la situación actual en la que los arquitectos han dejado de ser arquitectos y se han convertido en “consultores” que se pelean casi hasta la muerte por la adjudicación de un proyecto.
En Bolivia la situación es hasta el extremo muy diferente, donde el estado ignora por completo (en todos los niveles, nacional, gobernaciones y municipios) la oportunidad “espacial” que le significa más de una década de bonanza económica, y lo más preocupante es UN ESTADO QUE IGNORE SUS PROPIAS LEYES (ley 1373), leyes que le garantizan por sobre todo transparencia y responsabilidad en el diseño y la ejecución de proyectos para el bien común.
IMAGEN:
Shizuoka Press and Broadcasting Center
AUTOR:
Kenzo Tange.
Photografia por J. Savoie - WikiMedia