Hace pocos días se han hecho públicas en las >> redes sociales << (de manera extra oficial), algunas imágenes del proyecto ganador del concurso para la Casa de Las Culturas "Apiaguaiki Tumpa", en Santa Cruz de La Sierra.
Hare uso de esta oportunidad para reflexionar sobre los criterios que yo considero deben aplicarse un concurso de estas características y tal vez también cuestionar algunos temas e invitar a la discusión disciplinar crítica y constructiva.
Es importante que los colegas arquitectos (sobre todo los docentes universitarios) y también los vecinos opinen sobre un proyecto que ocupa un sitio tan importante dentro del tejido urbano en el centro histórico de Santa Cruz, especialmente en un sector donde en los últimos años se han hecho esfuerzos significativos para mejorar la calidad de los espacios públicos.
Y en mi opinión es justamente el espacio público, el elemento de organización arquitectónica al cual debiera dársele prioridad.
Los proyectistas tanto como los promotores deben comprender que la fuerza de los centros históricos con estructura colonial se enriquece cuando se realiza una correcta lectura del sistema de espacios públicos que la componen.
Los componentes de un sistema de espacios públicos son entre otros: Las calles, las aceras, las galerías, las plazas, las plazuelas, los retiros, los remansos, los zaguanes, los patios centrales, los patios excéntricos, las escalinatas que conducen a los enfarolados, a los balcones, a las terrazas y a las torres.
Obviamente el arquitecto tiene el poder de también adoptar posturas políticas, y ante una estructura urbana colonial el arquitecto y los promotores pueden reforzar esta estructura o la pueden debilitar.
Mi postura se inclina por reforzar las estructuras urbanas coloniales como en el centro de Santa Cruz, estoy convencido de que el reconocer estos elementos que le dan riqueza a una zona es beneficioso desde todo punto de vista, sino hay que echarle un vistazo a las ciudades coloniales más exitosas en términos de turismo receptivo y contraponer ese éxito con la calidad de vida de los usuarios domésticos, en ambos casos el resultado es más que positivo.
Otros elementos que contribuyen con esa idea de reforzar el sistema en una segunda instancia, siempre después de la estructura del espacio, son los materiales, la capacidad de los proyectistas y los promotores de sensibilizarse con los materiales predominantes en el sector puede generar un proyecto aun mejor integrado y que actúa como un contribuyente a la creación de conjuntos urbanos con una fuerte cohesión.
Hare uso de esta oportunidad para reflexionar sobre los criterios que yo considero deben aplicarse un concurso de estas características y tal vez también cuestionar algunos temas e invitar a la discusión disciplinar crítica y constructiva.
Es importante que los colegas arquitectos (sobre todo los docentes universitarios) y también los vecinos opinen sobre un proyecto que ocupa un sitio tan importante dentro del tejido urbano en el centro histórico de Santa Cruz, especialmente en un sector donde en los últimos años se han hecho esfuerzos significativos para mejorar la calidad de los espacios públicos.
Y en mi opinión es justamente el espacio público, el elemento de organización arquitectónica al cual debiera dársele prioridad.
Los proyectistas tanto como los promotores deben comprender que la fuerza de los centros históricos con estructura colonial se enriquece cuando se realiza una correcta lectura del sistema de espacios públicos que la componen.
Los componentes de un sistema de espacios públicos son entre otros: Las calles, las aceras, las galerías, las plazas, las plazuelas, los retiros, los remansos, los zaguanes, los patios centrales, los patios excéntricos, las escalinatas que conducen a los enfarolados, a los balcones, a las terrazas y a las torres.
Obviamente el arquitecto tiene el poder de también adoptar posturas políticas, y ante una estructura urbana colonial el arquitecto y los promotores pueden reforzar esta estructura o la pueden debilitar.
Mi postura se inclina por reforzar las estructuras urbanas coloniales como en el centro de Santa Cruz, estoy convencido de que el reconocer estos elementos que le dan riqueza a una zona es beneficioso desde todo punto de vista, sino hay que echarle un vistazo a las ciudades coloniales más exitosas en términos de turismo receptivo y contraponer ese éxito con la calidad de vida de los usuarios domésticos, en ambos casos el resultado es más que positivo.
Otros elementos que contribuyen con esa idea de reforzar el sistema en una segunda instancia, siempre después de la estructura del espacio, son los materiales, la capacidad de los proyectistas y los promotores de sensibilizarse con los materiales predominantes en el sector puede generar un proyecto aun mejor integrado y que actúa como un contribuyente a la creación de conjuntos urbanos con una fuerte cohesión.
Aquí se puede discutir bastante porque los hay muchos arquitectos que tienen una posición contraria, existen posiciones de arquitectos que consideran a la arquitectura como un hecho que existe e interesa solamente dentro de los límites municipales de su terreno y además opinan que el hecho arquitectónico es una mayor contribución cuando es autorreferencial, cuando su estructura espacial está relacionada más bien con sistemas exclusivamente geométricos, topológicos y abstracciones formales. Estas otras posturas hablan de introducir materiales ajenos a los conjuntos para destacar por contraste, hablan de la riqueza de la fragmentación y de la fuerza de las singularidades. Para mí, esas son posturas solo validas dentro de la democracia en la que vivimos, y aunque no me cuesta comprenderlas, no comparto nunca una idea que debilita un conjunto antes que reforzarlo.
Si lo singular es importante en la era postmoderna ahí está la basílica de ladrillo, el elemento de mayor jerarquía en ese segmento del tejido urbano y la referencia de materialidad de mayor factura.
Tipológicamente hablando, la basílica es tal vez la referencia más importante de la integración del espacio arquitectónico y el espacio público - un templo.
El programa de requerimientos del concurso para el edificio - otro templo - un templo para enaltecer expresiones culturales diferentes, otro auditorio, otras oficinas, otras salas de uso múltiple, estacionamientos subterráneos, etc. +/- 5,000 metros cuadrados de espacios mayoritariamente públicos, de áreas que deben invitar a ser visitadas, recorridas, y por lo tanto en mi opinión formar parte de la continuidad del espacio público.
De la convocatoria……"el carácter conceptual del objeto arquitectónico a diseñar considere elementos de vanguardia y lenguaje universal en relación a la expresión formal del diseño".
Probablemente uno de los términos más gastados y frivolizados hoy en día (luego de minimalismo) es "vanguardia", un término utilizado inicialmente en las artes a principios del siglo XX y referido a movimientos de pintura, hoy se lo utiliza de una manera más ambigua en las convocatorias y lamentablemente de una manera frívola en las respuestas a esas convocatorias, de cualquier manera, la convocatoria se hace solicitando un nivel muy alto de subjetividad, en esa búsqueda de “vanguardia” y universalidad.
A veces la falta de especificidad y objetividad en una convocatoria para un centro histórico puede llevar a resultados débiles y aislados. Sin la conexión física ni la continuidad espacial con una narrativa urbana construida sobre la base de tradiciones, usos, costumbres y sensaciones; Construidas también sobre mucho tiempo.
Si lo singular es importante en la era postmoderna ahí está la basílica de ladrillo, el elemento de mayor jerarquía en ese segmento del tejido urbano y la referencia de materialidad de mayor factura.
Tipológicamente hablando, la basílica es tal vez la referencia más importante de la integración del espacio arquitectónico y el espacio público - un templo.
El programa de requerimientos del concurso para el edificio - otro templo - un templo para enaltecer expresiones culturales diferentes, otro auditorio, otras oficinas, otras salas de uso múltiple, estacionamientos subterráneos, etc. +/- 5,000 metros cuadrados de espacios mayoritariamente públicos, de áreas que deben invitar a ser visitadas, recorridas, y por lo tanto en mi opinión formar parte de la continuidad del espacio público.
De la convocatoria……"el carácter conceptual del objeto arquitectónico a diseñar considere elementos de vanguardia y lenguaje universal en relación a la expresión formal del diseño".
Probablemente uno de los términos más gastados y frivolizados hoy en día (luego de minimalismo) es "vanguardia", un término utilizado inicialmente en las artes a principios del siglo XX y referido a movimientos de pintura, hoy se lo utiliza de una manera más ambigua en las convocatorias y lamentablemente de una manera frívola en las respuestas a esas convocatorias, de cualquier manera, la convocatoria se hace solicitando un nivel muy alto de subjetividad, en esa búsqueda de “vanguardia” y universalidad.
A veces la falta de especificidad y objetividad en una convocatoria para un centro histórico puede llevar a resultados débiles y aislados. Sin la conexión física ni la continuidad espacial con una narrativa urbana construida sobre la base de tradiciones, usos, costumbres y sensaciones; Construidas también sobre mucho tiempo.