Toda edificación tiene un impacto sobre el medio ambiente y particularmente en el medio ambiente construido de las ciudades se produce un impacto urbano sobre las vías de circulación peatonales y los espacios públicos cuando la población que ocupa la nueva edificación ingresa y sale, un impacto sobre las vías vehiculares cuando los automóviles se detienen momentáneamente o cuando también ingresan y salen de los estacionamientos, se produce un impacto sobre los sistemas de dotación de servicios y sobre los sistemas de evacuación de desechos sólidos y sobre las alcantarillas sanitarias y pluviales.
Los edificios forman parte de un tejido urbano sensible a las mas mínimas modificaciones en su superficie y en su volumen y los profesionales responsables de la medición y calculo de estos impactos positivos y negativos son los Arquitectos.
El impacto urbano positivo de un edificio nuevo puede darse por ejemplo cuando se han planificado espacios públicos en forma de foyer, atrios y/o plazas que sirven como "buffers" y absorben las fluctuaciones repentinas de intensidad de uso en horas pico.
Los arquitectos en función publica responsables de la aprobación de planos de construcción, deberán prestar especial atención a la tipología de la edificación, no solamente a los parámetros de ocupación de suelo, para medir con la mayor precisión posible el impacto urbano de la edificación sobre su entorno inmediato, deberán además controlar la desmedida especulación que realizan los constructores y los promotores y deberán obligar a estos a ceder el espacio necesario dentro de su propiedad en beneficio de la ciudad.
Los promotores y constructores interesados en proponer alternativas sostenibles en el mercado inmobiliario deberán comenzar a comprender que el espacio público es una inversión, no es una pérdida de terreno y tampoco es solo "el retiro".
La teoría de figura - terreno nos indica que el espacio resultante de colocar figuras debiera ser considerado con el mismo cuidado que las figuras mismas. (M. Frederick)
En la década iniciada el 2010 varios sectores de las principales ciudades bolivianas han comenzado a experimentar una transformación en el cambio de uso de sus terrenos y/o en la intensificación del uso de sus predios.
Sectores tradicionalmente residenciales han sufrido la invasión de tipologías arquitectónicas desproporcionadas en altura respecto de la capacidad de sus lotes, de sus vías y de sus instalaciones de servicios. Así como vías de circulación que por décadas han construido un carácter urbano de escala peatonal actualmente se ven ocupadas por camiones de carga comercial de alto tonelaje obstruyendo la circulación vehicular y peatonal.
Los edificios forman parte de un tejido urbano sensible a las mas mínimas modificaciones en su superficie y en su volumen y los profesionales responsables de la medición y calculo de estos impactos positivos y negativos son los Arquitectos.
El impacto urbano positivo de un edificio nuevo puede darse por ejemplo cuando se han planificado espacios públicos en forma de foyer, atrios y/o plazas que sirven como "buffers" y absorben las fluctuaciones repentinas de intensidad de uso en horas pico.
Los arquitectos en función publica responsables de la aprobación de planos de construcción, deberán prestar especial atención a la tipología de la edificación, no solamente a los parámetros de ocupación de suelo, para medir con la mayor precisión posible el impacto urbano de la edificación sobre su entorno inmediato, deberán además controlar la desmedida especulación que realizan los constructores y los promotores y deberán obligar a estos a ceder el espacio necesario dentro de su propiedad en beneficio de la ciudad.
Los promotores y constructores interesados en proponer alternativas sostenibles en el mercado inmobiliario deberán comenzar a comprender que el espacio público es una inversión, no es una pérdida de terreno y tampoco es solo "el retiro".
La teoría de figura - terreno nos indica que el espacio resultante de colocar figuras debiera ser considerado con el mismo cuidado que las figuras mismas. (M. Frederick)
En la década iniciada el 2010 varios sectores de las principales ciudades bolivianas han comenzado a experimentar una transformación en el cambio de uso de sus terrenos y/o en la intensificación del uso de sus predios.
Sectores tradicionalmente residenciales han sufrido la invasión de tipologías arquitectónicas desproporcionadas en altura respecto de la capacidad de sus lotes, de sus vías y de sus instalaciones de servicios. Así como vías de circulación que por décadas han construido un carácter urbano de escala peatonal actualmente se ven ocupadas por camiones de carga comercial de alto tonelaje obstruyendo la circulación vehicular y peatonal.
Un ejemplo de impacto urbano negativo que tiene serias repercusiones sobre la calidad de vida de los ciudadanos es aquel en el cual los promotores/constructores/arquitectos no han previsto el espacio adecuado para el estacionamiento temporal de vehículos y asumen que las vías publicas adyacentes a su edificación deberán absorber este impacto. Es necesario hacer publicar que es OBLIGACION de los gobiernos municipales ejercer autoridad y fiscalizar el cumplimiento de estas normas urbanísticas.
Vías de circulación de primer orden en barrios de expansión de la década de los 2000 en muchos casos muy mal planificadas con solamente 2 carriles de circulación, se encuentran actualmente sobre-saturadas en por la aprobación de nuevas edificaciones educativas (colegios, universidades y edificios comerciales) que asumen que las las vías públicas pueden ser utilizadas en su beneficio para estacionamiento privado temporal de sus usuarios, causando embotellamientos de tráfico vehicular y potencialmente accidentes.
Vías de circulación de primer orden en barrios de expansión de la década de los 2000 en muchos casos muy mal planificadas con solamente 2 carriles de circulación, se encuentran actualmente sobre-saturadas en por la aprobación de nuevas edificaciones educativas (colegios, universidades y edificios comerciales) que asumen que las las vías públicas pueden ser utilizadas en su beneficio para estacionamiento privado temporal de sus usuarios, causando embotellamientos de tráfico vehicular y potencialmente accidentes.
Irpavi en la ciudad de La Paz, avenida de primer orden con un solo carril de circulación vehicular disponible utilizado además como espacio de parada temporal de transporte, el GAMLP no fiscaliza el estacionamiento al interior del predio de uso comercial, ni fiscaliza la implementacion de espacios de estacionamiento público.
Edificios de más de 15 pisos de altura con un volumen de más de 3000 metros cuadrados, desalojan a sus usuarios sobre aceras de 2m de ancho.
Peor aún, recientemente se han hecho publicas imágenes de proyectos para nuevos edificios que albergaran funciones públicas del estado, que no consideran espacio público de recepción o desalojo de usuarios, ni espacios de estacionamiento temporal, utilizan el 100% de sus predios para el desarrollo del programa privado, y se pone en evidencia la dudosa procedencia de los diseños para semejantes obras de infraestructura pública que no ha sido proyectada con una perspectiva profesional idónea.
La población deberá conocer sus obligaciones y derechos respecto del impacto urbano de las nuevas edificaciones y sus obligaciones y derechos respecto de los espacios públicos como una necesidad básica de la convivencia en las ciudades sostenibles.
Peor aún, recientemente se han hecho publicas imágenes de proyectos para nuevos edificios que albergaran funciones públicas del estado, que no consideran espacio público de recepción o desalojo de usuarios, ni espacios de estacionamiento temporal, utilizan el 100% de sus predios para el desarrollo del programa privado, y se pone en evidencia la dudosa procedencia de los diseños para semejantes obras de infraestructura pública que no ha sido proyectada con una perspectiva profesional idónea.
La población deberá conocer sus obligaciones y derechos respecto del impacto urbano de las nuevas edificaciones y sus obligaciones y derechos respecto de los espacios públicos como una necesidad básica de la convivencia en las ciudades sostenibles.