Introducción
Sobre el concepto de AFORO: #UPEA Se entiende por AFORO a la máxima capacidad de personas que puede albergar un determinado recinto (sea un centro de reunión social, cine, estadio y teatro, entre otros) , calculado de tal forma que al producirse una emergencia, como un incendio, terremoto o tsunami, las personas puedan ser evacuadas sin mayores inconvenientes. Esa cifra suele ser calculada por profesionales en función del uso del recinto y fiscalizada por las autoridades municipales; de no ser cumplidas, podría llevar a una multa para los propietarios o la clausura de las instalaciones. Es recurrente que sucedan tragedias por exceder el aforo al no cumplir con controles básicos de la cantidad de asistentes a eventos públicos, ejemplos de esto son los siniestros que afectaron a las discotecas República Cromañón y Kiss en Argentina. Durante la pandemia de COVID-19, en todos los países del mundo se establecieron restricciones para limitar los aforos de los espacios públicos, como medida preventiva para evitar contagios. Cuando se excede el aforo de un establecimiento público, los elementos como barandas, puertas, muros, pisos y cubiertas experimentan cargas excesivas para las cuales ningún material resiste infinitamente. Ante el rebase del aforo, se da un punto de quiebre, y la consecuencia generalmente sobre la masa de personas son las conductas de violencia y pánico que surgen por haber permitido aglomeraciones en ámbitos excedidos en su capacidad.
La normativa internacional, indica que los recintos públicos tienen la obligación de señalizar adecuadamente el aforo de los espacios como una medida de seguridad fundamental. En los países con altos niveles de educación básica es común enseñar a los niños a obedecer las normas de ocupación de espacios, de esta manera las personas hacen un uso adecuado de las instalaciones y se evitan tragedias. Existen espacios adecuados para asambleas como auditorios, coliseos, etc. que tienen configuraciones e implementos que permiten la evacuación forzosa como ser puertas que siempre se abren hacia afuera, y/o comúnmente se utilizan espacios abiertos para grandes grupos de personas. En Bolivia las reglamentaciones de AFORO son deficientes, y peor aún en la administración de los recintos, estas no se conocen ni se aplican. ___________________________________________________________________________ Fuentes: - Estatuto Federal de estados Unidos* - Universidad de Cornell, Normas de edificación para recintos públicos.** Ensayo en ocasión de la apertura del "Centro Cultural" en la ex-Estación Central de Trenes de La Paz “En todo caso, el arte es ... sobre la moral, sobre nuestra creencia en la humanidad. Sin eso, simplemente no hay arte.” Ai Wei Wei (1) En algún momento los artistas contemporáneos fueron una referencia de intelectualidad e integridad, lo que conducía inequívocamente hacia la producción de pensamiento, obra y actos consecuentes, también de resistencia hacia el estatus-quo, el cuestionamiento a los sistemas opresores, en contra de la corrupción en los gobiernos, denunciando la mediocridad en los medios y el conformismo en la sociedad. Las personas reconocían a los artistas como luchadores. Ese era el artista de la modernidad, del pre-libre mercado. Los tiempos han cambiado tanto que esos mismos sistemas hoy con otra máscara y armados de la más deplorable demagogia se meten el arte contemporáneo al bolsillo, con una facilidad sorprendente muchos artistas son hipnotizados con falsas "ideologías", con discursos de “descolonización” - cual conquistador con espejos – les "promueven" aprovechando la patética necesidad del autor de verse iluminado en la palestra, ilusionados por mostrar su producción, se prestan a actos proselitistas vulgares y evidentemente manipuladores, felices y encandilados los ART-PRODUCERS se han casado con la campaña. La post-modernidad y el "omnipresente capitalismo de libre mercado que domina e impera saludable desde que Thatcher y Reagan así lo decidieran a finales de los 80 han anulado por completo al artista cuestionador" Rem Koolhaas (2). Aquel Artista que mira(ba) todo con ojo crítico sobre todo a los gobernantes (de cualquier tendencia política), es parte de la minoría, hoy demasiados artistas contemporáneos son cómodos funcionarios, o peor, funcionales corderos o “consultores”, ya no incomodan al poder. En pleno Siglo 21 demasiados artistas contemporáneos participan de inauguraciones para sonreír a gobernantes extremadamente racistas, promotores de división y odio, mientras están a su lado todo bien, están IN. ¿Cuándo se había visto a artistas alineados (sin vergüenza) con organizaciones políticas acusadas de promover negocios multinacionales con la deforestación de áreas protegidas? Simultáneamente usando prendas de Upcycled-Jeans para salir bien #TRENDY en el selfie de @Instagram, y así sentirse bien consigo mismos y pretender que de esa manera contribuyen a la sostenibilidad medioambiental. Mientras en el mundo aún existen personas como Ai Wei Wei, que incansable y contra el poderío comunista denuncia los abusos de regímenes totalitarios en varias partes del planeta, denuncia las restricciones a la libertad de expresión, y la manipulación de medios de comunicación masivos; Por otra parte, el submundo del arte Boliviano, casi siempre cerrado y contemplando su cuzco, vuela a la altura de un bajo doble discurso que abusa violentamente de los pueblos indígenas para imponer su desmedido poder; atenta con la destrucción de las instituciones, la independencia de los poderes del Estado, y de la tan costosa y subestimada libertad de expresión. Demasiados artistas se han vendido, y se han traicionado, ¿a qué precio? ________________________________________________________________________________________________________ Los tiempos que corren servirán para aprender que el capitalismo no tiene piedad, muta, se disfraza de rojo sin ninguna vergüenza y muestra que hoy todo se vende barato y sin dignidad, hasta lo cultural. La historia catalogará esta época como la del arte producido para llenar espacios “culturales” EXPRESS, un arte confortable, dominado por la estética de lo placentero y meticulosamente diseñado en ambientes flamantes donde resuena el eco de lo vacío. Como sucede en casi todas las profesiones creativas, los artistas contemporáneos se ven en una posición en la cual quizás por miedo o por necesidad, han sustituido los retos por las comodidades. El arte contemporáneo ya no es un viaje de aventura, es bonito, fotogénico y complaciente. Muchos de los que producen Arte contemporáneo ya no producen nada peligroso, no corren ningún riesgo, se han rendido a la seguridad de la vida urbana protegida y producen obra inofensiva y súper NICE. Lo peor es que ya no confronta al poder, va de la mano, cómplice (desentendido). ___________________________________________________________________________________________________________ La arquitectura de los espacios culturales legítimos suele contener a la esencia del pensamiento artístico que sobre todas las cosas demuestra la libertad de representar las ideas, los desacuerdos, las denuncias y las innovaciones, suelen ser instituciones conformadas por la diversidad de puntos de vista de las generaciones que atravesaron orígenes, colonias y luchas de liberación sin negarse unos a otros. Esos espacios han sido borrados a conveniencia según sean calificados como "colonizadores", hoy en día re-planteados con la velocidad que permite el yeso-cartón, ubicados como sedes de campaña donde resulte más visible, no importa si es en un contradictorio pero conveniente estilo Neo-Neo-Republicano-Revival-Nostalgic para exhibir de manera muy controlada todo lo que sea políticamente correcto y suene oportuno y permisible para promover los intereses de turno. El espacio que era conformado por los arquitectos para los artistas, ahora es configurado por una tragicómica lucha entre jefes de campaña y publicistas políticos que dirigen a los "curadores" y dimensionan todo en unidades de rédito electoral, son otras proporciones. Bienvenidos a la era del FAKE-SPACE! "#Curators_are_decorators" (4) ______________________________________________ (1) - Ai Weiwei, 2018 (2) - Rem Koolhaas, 2017 (3) - Richard Serra, 2016 (4) - M. Schneider - (ironic) Instagram handle ____________________________________________________________________________ Mauricio Arduz nacido y graduado en La Paz, Bolivia. Es Arquitecto profesional y Flâneur - observateur - ensayista aficionado. A raíz de controversias en la prensa sobre proyectos de gran notoriedad como el ubicado en la “Curva de Holguín”, en La Paz es importante comprender algunos elementos básicos de la planificación de ciudades. El ciudadano común a veces se ve guiado por textos en los que se “demoniza” al inversionista privado como un abusivo atropellador de los intereses de la ciudad y el bien común. Los atropellos ocurren, pero son responsabilidades compartidas. Las ciudades son un fundamentalmente un hecho económico que tiene una expresión territorial y física. La planificación de las ciudades es una actividad multidisciplinaria preferentemente liderada por un Urbanista o un Arquitecto, quienes tienen formaciones profesionales que les permiten conceptualizar los hechos (abstractos) económicos, sociales y otros en una VISIÓN TERRITORIAL Y FÍSICA y conducen equipos conformados por especialistas en áreas específicas como las ingenierías, estadísticas, sociología, generación de datos demográficos, etc. La planificación de ciudades se expresa en la dimensión física de la misma manera que la arquitectura, esta transforma la realidad y se hace tangible, pero ya en el pasado Siglo XX se ha liberado de los llamados “estilos” porque es una actividad muy dinámica que recurre constantemente a profesionales y recursos para resolver situaciones particulares, no es recomendable establecer mismas recetas de planificación para diferentes escenarios urbanos ya que cada lugar implica condiciones diferentes. Se habla de que cada situación, ciudad, lugar, requiere de una planificación específica para sus condiciones. Yo no estoy de acuerdo con esa “demonización” del inversionista privado, ya que como principio general yo apoyo, y ESTOY A FAVOR de que sea el inversionista privado el MOTOR del desarrollo de las ciudades. Es importante comprender que los protagonistas en el desarrollo urbano son 3 actores:
Los PPU interactúan y contribuyen en las IP y en las EPR, son fundamentales en ambos casos. Es entre estos 3 actores principales que se realizan la mayoría de las acciones y decisiones que llevan a la ejecución de políticas y proyectos (físicos, económicos, sociales, etc.) que luego definen territorialmente a las ciudades. El principal problema que tienen las ciudades bolivianas es LA DEBILIDAD de sus instituciones de regulación - EPR. Ya que no tienen los recursos de gestión ni técnicos para controlar, planificar y fiscalizar el gran problema que son las ciudades bolivianas con el crecimiento actual. Un ejemplo pequeño es la Unidad de fiscalización de la Sub alcaldía SUR de La Paz, cuenta con aproximadamente 20 funcionarios para controlar el 45% de la superficie de la ciudad con una población aproximada de 300 MIL habitantes. Es una desproporción evidente. Sin mencionar sus deficiencias en equipamiento técnico, recursos de movilidad, etc. Esa desproporción se manifiesta en avasallamientos y abusos a la Ciudad de todo tipo que son prácticamente imposibles de controlar y que luego tienen consecuencias de mucha gravedad. (ocurre lo mismo en la mayoría de las reparticiones municipales). Las alcaldías en las ciudades principales HAN SIDO SUPERADAS, no tienen la capacidad de gestión y fiscalización necesarias para enfrentar el reto de controlar la vorágine de inversión privada (formal e informal) que tienen encima. El crecimiento urbano en Bolivia viene con un ritmo sostenido desde hace una década. Los 2 principales componentes del crecimiento urbano en una ciudad como Santa Cruz de la Sierra –el crecimiento económico y el de población – superan el 5% y proyectan 3,300,000 Hab. Respectivamente según cifras oficiales para el año 2020. (3.9% y 2,800,000 Hab. Para La Paz – El Alto) respectivamente. El Estado HA FALLADO por más de una década en acompañar un crecimiento económico acelerado con un fortalecimiento de instituciones y entidades de regulación, por el contrario, debido a una desmedida atención a temas más políticos que técnicos, las instituciones se han debilitado, hasta un punto de convertirse en entidades incompetentes. No solo hay que controlar y regular al privado, hay que hacerlo también con el Estado. Los Colegios Secundarios y las Universidades como entidades responsables de la formación de personas y profesionales dedicados a la planificación y gestión de ciudades NO CUMPLEN con sus obligaciones y orientan sus carreras y egresados a engrosar las filas de un aparato supuestamente “productivo” pero que en realidad es un aparato consumidor de servicios e infraestructura y profesionales orientados a los negocios privados. No existe una correcta proporción en la formación de personas y profesionales con conocimientos de planificación de ciudades. Quizás en las universidades públicas que siguen manteniendo el mayor nivel de formación profesional se puede exigir e implementar un cambio e implementación de programas de post-grado que tenga un impacto sobre el déficit de formación. Es menos probable que ese cambio sea posible en las universidades privadas que funcionan más como un negocio de producción en serie de títulos académicos con muy baja exigencia, según demandan corrientes de mercado en el sector privado. Las alcaldías NO CUENTAN con los profesionales idóneos en suficiente número para enfrentar el tan difícil reto de planificar y controlar a la inversión privada (y publica) en crecimiento vertiginoso. El empresario privado queda libre de imponer sus intereses sobre los intereses comunes, no existe quien le controle y tampoco existen los profesionales con formaciones adecuadas en las empresas privadas que por lo menos guíen a estas hacia un desarrollo privado con ética. Sin embargo, queda claro que las empresas privadas siguen su naturaleza y cumplen su rol, las Alcaldías no lo hacen, y los profesionales tampoco. La falla esta no está en el inversionista privado, la falla esta en quienes no tienen la capacidad de regular ni producir conocimientos a la altura del desarrollo que se viene encima. La responsabilidad en las ciudades la compartimos muchos. Pero como todos somos el 4to actor también aparte de nuestros derechos tenemos todos la OBLIGACIÓN de educarnos, informarnos y participar de la toma de decisiones sobre la planificación y los proyectos en nuestra comunidad, barrio, y ciudad, no podemos desentendernos de lo que ocurre más allá de nuestras puertas y luego quejarnos. El proyecto de la “curva de Holguín” bienvenido, mientras cumpla: PRIMERO: Las condiciones de legalidad básicas de sus títulos de propiedad y la propiedad pública. Debe ser un proyecto –como todos- TRANSPARENTE. SEGUNDO: Las MAS ESTRICTAS normas de implementación de un proyecto privado en cuando a superficie edificada EN PROPORCIÓN a su sitio de implantación, como todos los otros proyectos de la ciudad. TERCERO: Se planifique en paralelo con la Alcaldía y la ciudadanía EL IMPACTO sobre las condiciones de su entorno: tránsito vehicular, flujos peatonales, consideraciones ambientales, sostenibilidad económica del sector, transporte público, aporte estético a la ciudad, etc. Si la ciudad no tiene la capacidad de planificar y controlar un proyecto de ese tamaño, este no se debe hacer hasta que se den las condiciones para recibirlo. ________________________________________________________________________________________________________________
Sobre el autor: Mauricio Arduz, Arquitecto titulado en La Paz, con Diplomados en Diseño Urbano en Tokyo y Estocolmo. Sr. Prudencio lo obvio de ese edificio es su simbología politiquera. Me parece importante responder al artículo del Sr. Cergio Prudencio (Presidente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia) publicado el 13 de mayo en el periódico oficialista (http://m.la-razon.com/opinion/columnistas/lenguaje-simbolico-arquitectura_0_2708729132.html ) sobre el nuevo edificio masista que irrumpe estrepitosamente en la plaza Murillo. Respondo desde mi punto de vista como arquitecto y urbanista con experiencia de 20 años en el oficio.
En primer lugar lamento mucho enterarme que quien ocupa semejante cargo ligado a la cultura en la FCBCB demuestra tanto desconocimiento respecto de un tema cultural tan importante como es la arquitectura, hubiera esperado sinceramente que ese cargo fuese ocupado por alguien de un rango cultural mucho más amplio. En su articulo el Sr. Prudencio escribe lo siguiente textual: “…..es fácil deducir que lo que se impugna a la Casa Grande del Pueblo no es realmente la transgresión técnica o la osadía estética, sino más bien su mensaje explícito: aquí estamos y aquí estaremos, y nos tendrán que mirar siempre, desde lejos y desde cerca. Eso, para muchos, es lo intolerable; el que los del otro lado del río hayan puesto bandera en plena “ciudad de españoles”. Verdaderamente deplorable que una persona que ocupa un alto cargo del área cultural haga declaraciones públicas cargadas de tanto racismo e intolerancia. Lamentablemente el Sr. Prudencio se ha imaginado que las opiniones técnicas vertidas a lo largo de estos años por profesionales especializados en temas de urbanismo y arquitectura no tienen ninguna validez, sino que todos los que nos expresamos por la desinteligencia de esa construcción lo hacemos simplemente por racismo. Pues Sr. Prudencio permítame explicarle que no es así. Y de verdad no dejo de estar sorprendido por semejante verborrea repleta de ignorancia en la cual cada uno de los argumentos que intenta hacer se desmorona tal como los puentes chinos en Cochabamba. En primer lugar el Sr. Prudencio debe comprender que no debe justificar los errores del presente sobre la base de los errores del pasado. Si alguien en el pasado ha cometido un acto de robo Sr. Prudencio, no quiere decir que en el presente alguien este justificado de robar. Si en el pasado Sr. Prudencio alguien ha cometido actos de destrucción, eso no quiere decir que en el presente alguien deba destruir. ¿Se comprende? Resulta intolerable que el discurso de todos los oficialistas, sea cual fuere el cargo que ocupan, en coro sea referido a que si en el pasado hubo corrupción, entonces la corrupción actual está justificada. NO ES ASI Sr. Prudencio, es deber de todos aprender de los errores del pasado para no volver a cometerlos. El ejemplo que pone del edificio del BCB es patético, pues si ese edificio fue un error, no quiere decir que hay que repetirlo, por favor, hasta suena infantil. El ejemplo en el que usted hace referencia a la iglesia de Warista, pues Warisata probablemente requiere de un hito para ser divisada, La Paz no es el mismo caso, todos sabemos dónde queda la plaza Murillo Sr. Prudencio, La Paz ya tiene sus hitos. Y es importante aclararle al Sr. Prudencio que lo intolerable no es que”los del otro lado”, hayan cruzado el rio para plantar su bandera. Sino que lo “intolerable” es que lo hayan hecho de una forma tan poco imaginativa, barata y caduca. En términos que posiblemente usted comprenda mejor….. DE TAN BAJA FACTURA. La verdad es que esperábamos más, mucho más que su edificio ¨simbólico¨ termine siendo tan pobremente unidimensional, es decir que su simbolismo radique solamente en lo político, en lo politiquero, en lo obsoleto, y que lo más importante, lo cultural sea relegado a un último plano. Sr. Prudencio el centro histórico de la ciudad tiene muchos problemas urbanísticos causados por las funciones de la gestión política, es deber de todos velar por el mejor funcionamiento de nuestra ciudad para beneficio de la población, no podemos quedarnos estancados simplemente haciendo actos simbólicos de poder político solo por que satisfacen nuestro ego, debemos pensar en los demás, en el bien común, debemos resolver nuestros problemas, no debemos causar peores problemas solamente porque no tenemos mejores ideas, el problema es la pobreza de ideas, LA POBREZA DE IDEAS. Entiendo que usted trabaja en esferas de la actividad cultural y sorprende de sobremanera que no entienda en lo mas mínimo que la arquitectura es el máximo hecho cultural de la humanidad y es por eso que cuando su simbología se reduce simplemente a la política no enriquece a la ciudad, tal vez en la época de los egipcios esa actitud era aceptable, pero la arquitectura y el urbanismo de hoy son mucho más que eso, y especialmente en La Paz, una ciudad cuya riqueza radica en su carácter multidimensional y que por sobre todo esta abatida por las agresiones de los politiqueros - la gente sin cultura. Lamento realmente ver que una persona en su posición no entienda que no se trata de un tema estilístico, eso ya quedo en el pasado. Lamento que tampoco entienda que no se trata de un tema de normativas o códigos de preservación histórica. Se trata de un tema de respeto por la ciudadanía, se trata de un tema de inversiones públicas inteligentes, usted como presidente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia debería comprender lo que el DESPILFARRO representa para esta sociedad. No tenemos servicios de salud óptimos, nuestro pueblo carece de centros educativos con equipamiento mínimo, es decir en presencia de tantas falencias básicas usted NO PUEDE JUSTIFICAR semejantes obras de expresión de megalomanía solo porque tienen un evidente (demasiado obvio) carácter simbólico de politiquería. Sr. Prudencio, le llamo a la reflexión y a tratar de comprender de qué tratan la arquitectura contemporánea y el urbanismo en las ciudades latinoamericanas de hoy, es cultura 101, el simbolismo ochentero ya fue. La sistemática destrucción del pasado colonial/republicano Es obligación de todo ciudadano y más aún de todo Arquitecto denunciar cuando la integridad de la ciudad es vulnerada. Con bombos y platillos el partido político gobernante ha iniciado la construcción de un nuevo edificio para la asamblea legislativa de más de 10 pisos en el centro histórico de La Paz – a una cuadra de la plaza principal. En un centro histórico – valga la reseña – completamente abandonado, sin aplicación de políticas de administración del patrimonio y sin gestión. Afeado por generaciones de cables aéreos de servicios, graffiti, aceras en mal estado, arquitectura patrimonial en ruinas y por sobre todo la indiferencia de funcionarios públicos y ciudadanía. Por segunda vez, los gobernantes pretenden erigir (luego de un concurso de proyectos) edificaciones que van en contra de toda LÓGICA URBANÍSTICA y se proyectan como dos elementos que cambiaran la imagen y el funcionamiento de ése deteriorado centro histórico de manera muy negativa y para siempre. (el primer edificio – nuevo edificio ejecutivo parte posterior del actual palacio de gobierno – más DE 20 pisos. el segundo edificio – nuevo edificio legislativo, parte posterior del congreso Nacional – más DE 10 pisos) El problema tiene varios componentes:
1-A.- Alguien prepara las bases para el concurso, alguien es encargado de generar los tèrminos de referencia para la elaboraciòn de los proyectos especìficos, ese alguien son: Los profesionales que han desarrollado el plan y ellos han solicitado a los proyectistas de los edificios una cantidad de metros cuadrados para satisfacer la demanda de nuevos ambientes de la asamblea legislativa (oficinas, salas de reuniones y otros) que sobrepasa la capacidad de los terrenos –en la parte posterior del edificio de la asamblea– dentro del marco de alturas y regulaciones que protegen al centro histórico. Los arquitectos que han desarrollado los tèrminos de referencia ò bases saben con anticipación cual será el IMPACTO URBANO de su solicitud, al margen de la estética con la cual se resuelva el nuevo volumen. En palabras más simples, por más bello que sea el proyecto presentado, de todas maneras excede lo admisible dentro de un centro histórico por el volumen de construcción que se exige. Los profesionales que han desarrollado los tèrminos de referencia ò bases de concurso, de manera idónea deberían haber hecho conocer esto a los solicitantes del proyecto (políticos asambleístas) y recomendarles que el curso de acción correcto debiera ser la elaboración de un plan maestro de descentralización de las actividades legislativas de manera que se encuentre una SOLUCIÓN SOSTENIBLE a las demandas de nuevos espacios de trabajo de la asamblea, pero que de NINGUNA MANERA todas esas actividades pueden ser incorporadas dentro de un solo predio pequeño en un centro histórico tan frágil. Para los lectores que no son arquitectos: El perfil ideal de un centro histórico colonial/republicano, es decir el conjunto de sus manzanos visto desde un lateral debe ser homogéneo en alturas (alturas de edificaciones coloniales) siendo éstas alturas interrumpidas con cierta frecuencia por las alturas de las torres y las cúpulas de las iglesias presentes en el sector que se convierten en puntos de referencia. Los centros históricos que obedecen esos principios básicos (entre otros) son exitosos desde muchos puntos de vista. (turísmo, economía, sostenibilidad, ocupación, vías peatonales, vías vehiculares, habitabilidad y densidad poblacional) Centros históricos exitosos como en México DF, Quito, Sucre, Bogotá, Lima e innumerables otros ejemplos en América y Europa. Por las razones mencionadas existe una gran responsabilidad en los arquitectos que han desarrollado los términos de referencia o bases de concurso, ya que sus requerimientos son excesivos e incorrectos y al haber convocado a un concurso de anteproyectos bajo premisas erróneas han incurrido en varias irregularidades no solo de índole técnica sino también de índole ética. 1-B.- Los proyectistas que han desarrollado los proyectos específicos del concurso de anteproyectos han recibido unas bases (términos de referencia) OBJETABLES. Las reglas de juego elaboradas permitían infracciones (para hacer una analogía al futbol) La primera acción de los concursantes debió ser la impugnación a unos términos de referencia que CLARAMENTE solicitan hacer algo que ningún arquitecto responsable debiera prestarse a hacer, que es ir en contra de las normas vigentes para intervenciones en el centro histórico. Al recibir las bases del concurso y mediante un cálculo inicial de superficies se hace evidente que la solicitud es de un edificio de más de 10 pisos, ubicado a una cuadra de la plaza Murillo, por lo tanto los arquitectos debieron reconocer inmediatamente que existía un error en el planteamiento del proyecto y no prestarse a elaborar un anteproyecto, y dedicar tanta energía y recursos a algo que está planteado erróneamente. De todas maneras y contra toda lógica los participantes en el concurso han procedido con la elaboración de proyectos. Y obviamente el criterio de los participantes es de cumplir con todas las solicitudes planteadas e intentar que semejante cantidad de metros cuadrados de oficinas, auditorios y espacios de servicio “entren” en los pocos metros cuadrados de superficie. El OBVIO resultado en todos los casos participantes: edificios apabullantes en volumen que IRRUMPEN y DISTORSIONAN por completo el ámbito colonial/republicano que se intenta conservar en el centro histórico. 1-C.- Es en este punto que se presenta una nueva oportunidad para que arquitectos responsables PONGAN UN ALTO a un proceso completamente descarrilado. Los arquitectos miembros del JURADO CALIFICADOR, los arquitectos que certificarán el proceso y los resultados. En una primera sesión de calificación sería EVIDENTE que las propuestas que cumplen con la solicitud de miles de metros cuadrados INFRINGEN el sentido común y todas las normas de implantación de edificaciones en centros históricos, por lo tanto su OBLIGACIÓN era la de declarar el concurso desierto y recomendar a La Asamblea otro camino para encarar su requerimiento de ampliación de instalaciones. Pero no sucede eso y se declara un equipo “ganador”. Los miembros del jurado calificador han incurrido en varias irregularidades no solo de índole técnica sino también de índole ética al no observar que los proyectos presentados infringen normas y leyes vigentes. Los “ganadores” del concurso: una oficina de Arquitectos jóvenes y sin mucha experiencia (OCTOPUS estudio de Arquitectura en Facebook) Al haber cumplido con todos los requerimientos y al haber sido aceptada por el tribunal su propuesta estética obviamente se declaran satisfechos con todo el proceso. Proyecto seleccionado para ser construido a una cuadra de la plaza Murillo en el centro histórico de la ciudad de La Paz Una reflexión en éste punto respecto de los participantes es que en el ámbito tan poco favorable en el que los arquitectos jóvenes desarrollan sus actividades, una sociedad mal educada y mal informada respecto de urbanidad, urbanismo, arquitectura, cultura y artes; Es obligación de los profesionales formados en esos ámbitos el actuar de manera idónea, crear conciencia y guiar a todos los actores involucrados hacia soluciones que no contaminen el ambiente urbano. Es comprensible que un grupo de jóvenes y entusiastas Arquitectos, hambrientos de hacerse conocer y tener éxito al inicio de su carrera interpreten ésta como una gran oportunidad de plasmar todas sus inquietudes e intenciones profesionales en un edificio. Pero todos los edificios son parte de algo más grande e importante, y todos los edificios tienen un IMPACTO que debe ser calculado y medido con mucha capacidad técnica pero sobre todo con mucha sensibilidad. Es necesario comprender a la ciudad como un delicado sistema con muchos componentes, con sectores más vulnerables que otros. Con una interpretación muy conveniente de los términos “modernidad” y “progreso” se están haciendo intervenciones en el centro histórico de La Paz que no están a la altura de los pocos y preciosos sitios en los que se las implantan. El primer error irremediable del nuevo milenio fue el nuevo Mercado Lanza que ha destruido la calidad urbana del corazón de la ciudad y ha dejado una cicatriz de hormigón al lado de la majestuosa basílica de San Francisco. No podemos seguir cometiendo errores como esos, que perduraran por décadas en un país que no puede darse el lujo de construir mamotretos de hormigón armado de millones de dólares que nunca podrán ser demolidos o modificados por los costos que ello implica. Las intervenciones en el centro de la ciudad deben ser muy cuidadosamente pensadas para que su construcción sea una CONTRIBUCION al entorno en lugar de ser elementos disonantes por su mala concepción. 2.- Las instituciones que NO han intervenido en INCUMPLIMIENTO de sus deberes como guardianes de la ciudad, del conocimiento y la cultura: Colegio de Arquitectos de Bolivia Colegio de Arquitectos de La Paz Sociedad de Ingenieros de Bolivia Amigos de la Ciudad Comité Cívico Gobierno Autónomo Municipal de La Paz Facultad de Arquitectura UMSA Carreras de Arquitectura de universidades privadas Juntas de vecinos 3.- La indiferente ciudadanía en su conjunto por motivos de pobreza, por ignorancia y por egoísmo se convierte en cómplice de las atrocidades que son cometidas en la ciudad debido en parte a que no se identifican con, ni consideran como propio al centro histórico. Ese sector de la ciudad convertido por los políticos gobernantes en un sector inhóspito y conflictivo. En lugar de ser (y como es en urbes óptimamente administradas) el sitio más amable de la ciudad 4.- El último componente, el de los gobernantes tóxicos queda explicado con las siguientes imágenes de lo que considero son las intenciones y el espíritu con el que estos individuos actúan al proponer proyectos que pretenden destruir el pasado colonial y republicano que es innegable: Mauricio Arduz V.
es Arquitecto por la Universidad Católica Boliviana Urbanista por universidades de Tokyo y Estocolmo y Crítico de Arquitectura Autodidacta Por su importancia transcribo completa la
columna de Raúl Peñaranda U. sobre el problema del teleférico en la Ciudad de La Paz. Mas allá de aspectos técnicos / específicos que se vienen discutiendo con el fin de justificar lo injustificable. Mas allá de consideraciones arquitectónicas respecto de las estaciones que en la perspectiva mayor resultan casi irrelevantes: (Varias) razones para rechazar el teleférico Raúl Peñaranda U. El teleférico es bello. Llena de orgullo a los paceños y alteños. Genera comentarios de medios de comunicación internacionales. Y no hay turista que llegue por estos lares que no se suba a una de sus cabinas. ¿Pero a qué costo? El Gobierno, gracias a su músculo político, y al hecho de que tiene dinero a raudales, gastó 234 millones de dólares en las tres primeras líneas, Roja, Amarilla y Verde (a un precio casi del doble del de Medellín, que es comparable en sus características). Con 234 millones de dólares invertidos, las tres líneas mencionadas transportan unas 87.000 personas cada día, recordó en un artículo del especialista Waldo Yanaguaya, hace unos días. El PumaKatari, que invirtió sólo 22 millones, transporta 22.000. La diferencia está a la vista a favor del PumaKatari. Aunque los datos que están a la mano son incompletos (por ejemplo, no se sabe exactamente cuánto gasta el teleférico en electricidad), se podría hacer un cálculo grosso modo: si la depreciación del teleférico es del 5% anual y del PumaKatari del 10% (los buses se malogran más que las cabinas), entonces, resulta que el sistema municipal es un 42% más eficiente que el servicio por cable. Habiendo gastado la friolera de 234 millones de dólares, las tres primeras líneas del teleférico transportan sólo al 4% de los dos millones de pasajeros que existen diariamente en La Paz y El Alto (y el PumaKatari transporta 1%). Ahora el Gobierno, a través del gerente general de Mi Teleférico, César Dockweiler, está empeñado en gastar otros 450 millones de dólares en seis líneas adicionales. Con todo ello, y cuando tengamos la totalidad del bello cielo paceño cableado, la cantidad de personas transportadas será del 8% del total, explica Yanaguaya. ¿Vale la pena gastar casi 700 millones de dólares en una obra masiva, enorme, majestuosa, que sólo transporta el 8% de todos los pasajeros del área metropolitana? ¿Incluido un trazo, como la línea Blanca, que pasará por encima de una avenida central de La Paz como es la Busch? La respuesta es no. Cuando se hayan construido todas esas líneas, seguirán en las estrechas calles paceñas miles de minibuses circulando caóticamente. No se habrá solucionado nada. No se entiende el desenfreno del Gobierno y del gerente de Mi Teleférico en su atolondrado plan de construir todas estas líneas, excepto quizás su idea de hacer obras vistosas que ayuden a la reelección indefinida del Presidente. Este desenfreno se explica en el hecho de que con la débil democracia que tenemos hoy, las autoridades pueden desarrollar cualquier idea descabellada, como gastar 700 millones de dólares para transportar al 8% de los pasajeros (o hacer estadios en medio de la selva, como el de Chimoré, que alberga a casi tanta gente como la población total de la localidad). No hay nadie quien pueda impedir los caprichos del Jefe. Las actuales tres líneas del teleférico son, con todo, útiles. Unen dos urbes que están a distinta altitud. El transporte por cable tiene sentido para unir dos puntos de manera vertical (como una pista de ski), pero no horizontalmente. Ello es propio de otros tipos de transporte, más lógicos en esas circunstancias: buses o metro. La solución para el transporte en La Paz es generar un sistema eficiente de buses. Ya se ha visto aquí que el costo de transporte es un 40% más barato en buses que por cable. ¿Pero cómo hacerlo en un tráfico lentísimo como el paceño? Retirando a los 10.000 minibuses que atestan las calles paceñas. Esto debe hacerse, y así se podrían tener vías exclusivas para los buses, como era el plan original de la Alcaldía. En vez de estar gastando millonadas en ideas estrafalarias, deberíamos atender lo que es obvio: no se puede mantener a miles de minibuseros en las calles de La Paz si se desea solucionar verdaderamente el problema del transporte. Y ni la Alcaldía ni el Gobierno lo hacen debido a que no tienen la fortaleza para enfrentarse a un sector violento y bien organizado, como son los transportistas. Pero si hay 450 millones adicionales para despilfarrar en seis líneas del teleférico, entonces no es que falten recursos para afrontar el conflicto social que implica dejar a miles de bolivianos sin empleo. Usando esos recursos se podría, aparte de construir nuevas calles y avenidas, compensar a los choferes, comprarles sus vehículos y ayudarlos a reinsertarse en la economía. Con tanta plata, alcanza. Raúl Peñaranda U. es periodista. Artículo originalmente publicado en el periodico Pagina 7 en la seccion Cara o Cruz el 2 de Julio de 2015 El inminente inicio de obras para el nuevo palacio de gobierno en La Paz ha generado un intenso debate en las redes sociales > diseñoBolivia < el debate gira sobre todo en torno a las cualidades arquitectónicas del edificio propuesto, algunas personas desde hace tiempo ya han cuestionado el poco transparente procedimiento por el que se ha llegado al resultado, considerando la omisión de leyes del estado que describen claramente los procesos para la selección de anteproyectos para obras publicas de magnitud y por la obvia importancia de la "casa del pueblo" llama poderosamente la atención que se hayan pasado por alto leyes y reglamentos vigentes. La situación es compleja por que trasciende el mundo especifico de la disciplina arquitectónica y se adentra en el contradictorio mundo de la política y para una mejor comprensión de los hechos del presente es siempre importante remontarnos a algunos hechos del pasado. A lo largo de la historia de la humanidad las culturas dominantes luego de someter por la fuerza a la cultura o civilización que han combatido han erigido sus monumentos de victoria sobre las ruinas de los anteriores, ésta es una práctica política tan antigua como la misma humanidad y en ésta dinámica se han construido grandes obras arquitectónicas que son demostración tangible de un cambio de realidad. Por ejemplo los conquistadores españoles construyeron la catedral de Méjico DF sobre las ruinas del templo sagrado de los aztecas en el centro urbano de la gran Tenochtitlán. Guiados por el arquitecto Claudio de Arciniegas, creando uno de los templos católicos barrocos más importantes de América. De una manera similar las fundaciones de piedra labrada de Kiswarkancha el templo mayor de los Incas en Cuzco, Perú; Fueron utilizadas como fundaciones para la Basílica-Catedral de la virgen de la Asunción actual Catedral de Cuzco, como símbolo de la derrota de la cultura Inca y la erradicación de cualquier otra forma de culto que no sea la religión católica. El templo de Kiswarkancha y todos sus tesoros fueron devastados. En Europa los españoles no se han salvado de invasiones y similares devastaciones y en un periodo de más menos 700 años en Cordoba, se ha podido ver como una y otra vez los edificios símbolos del poder se han devastado, reconstruido, vuelto a devastar y reconstruir en función del poder dominante, Visigodos, Musulmanes, Católicos. Luego de la colonia, en la época republicana era imperativo imponer la arquitectura de la Revolución Francesa y modificar los trazados urbanos para implantar físicamente el nuevo orden mundial, sin embargo la nueva filosofía reinante tenía una base muy fuerte en el estudio, documentación, el respeto y recuperación de las expresiones culturales del pasado, la historia y la naturaleza, es por eso que desde entonces los edificios "derrotados" ya no son destruidos, sino preservados y revitalizados con nuevas funciones más democráticas y populares. La industrialización y la modernidad también han intentado derrocar estilísticamente al pasado, pero su actitud era la de ignorar por completo cualquier referencia formal de la arquitectura historicista o neoclásica, e implementar una estética sobre la base del pensamiento maquinista, industrial, progresista, futurista y es así que nuestros vecinos en Brasil han construido monumentos de la politica moderna en la selva amazónica. Es solo hasta ahora en la plenitud de la postmodernidad que surge la oportunidad de nuevamente intentar transformar la realidad física del medio ambiente urbano y rural mediante hechos arquitectónicos, sin embargo la fuerza que mueve los presentes monumentos proviene desde la cultura de la política. Como el gran crítico de arquitectura Prof. J. Kipnis nos enseña, es evidente que la técnica utilizada para el diseño del nuevo palacio de gobierno se desenvuelve sobre una narrativa cuidadosamente estructurada y calculada para lograr como toda buena narrativa episodios clave, que hacen a los efectos deseados: La nueva historia que se quiere contar. El edificio presentado en los medios, es un cúmulo de efectos cinemáticos realizados por un equipo conformado en su mayoría por artistas, guionistas, productores, escritores, pensadores; Producido por profesionales de la política, filósofos, decoradores de interiores, y en penúltima instancia ingenieros y en última, pero última instancia, diría yo, arquitectos. Es muy evidente el relegado lugar que han desempeñado los arquitectos en el equipo de trabajo, únicamente como la figura burocrática encargada de preparar los necesarios documentos gráficos-técnicos y segundo debido a que desde su concepción, el nuevo palacio de gobierno no presenta las cualidades básicas que un equipo liderizado por profesionales (idóneos) de la arquitectura y el urbanismo hubieran concebido. La primera de esas cualidades surge de un correcto estudio de localización para un edificio de las características programáticas tan complejas como las de un palacio de gobierno en Bolivia. De un correcto estudio de localización hubiera surgido el correspondiente respeto por el patrimonio histórico, lo que pone en evidencia que la decisión de la localización, y consiguiente destrucción de un edificio de valor incalculable solo puede ser concebida por un pensamiento político, NO por un pensamiento arquitectónico. Un estudio urbanistico elemental hubiera sugerido criterios muy obvios como que las actividades gubernamentales del estado deben desconcentrarse para aliviar al saturado centro historico de La Paz. En la presentación a los medios, representantes gubernamentales han indicado que: “.....Cada época crea sus símbolos, cada ciclo histórico crea sus símbolos y era importante que nuestro proceso de cambio forjara su símbolo arquitectónico y hoy la Casa Grande del Pueblo será un símbolo del proceso de cambio”. Y a cabalidad, el edificio presentado cumple perfectamente esa función de representar una visión particular de este tiempo, y justamente es por eso que carece de cualidades arquitectonicas significativas. Pero el palacio de gobierno de Bolivia podría haber sido proyectado sobre la base de cualidades que todos los bolivianos añoramos, cualidades como la accesibilidad y la transparencia. Cualidades como la austeridad y el respeto al medio ambiente como representativas del espíritu de nuestra época y de la esperanza de cambio y revolución, un pensamiento opuesto a la fastuosa filosofía anteriormente gobernante. Pero por el contrario, el resultado presentado no es austero, es pobre; El edificio presentado es pobre en su simplona concepción urbana (ni si quiera le hace un gesto a la esquina) y por lo tanto es un edificio desconectado de una ciudad maravillosa y compleja, eso sí, el edificio es presentado con incrustaciones de metales preciosos, lleno de decoración con iconos indígenas, pero la decoración es lo superfluo y lo superfluo es todo lo contrario de lo revolucionario. El proyecto es descrito por los políticos como esas cosas que resultan del pragmatismo de la pobreza, lo que se ha podido hacer no-más, pero por ningun lado aparecen los arquitectos autores, quienes normalmente son los orgullosos presentadores de la obra, e incansablemente debieran estar exhibiendo su maravillosa creación, en realidad lo que todos miran, es el helicoptero en el techo como lo "wow" del edificio. _FAiL_ Las culturas ancestrales de nuestro país desde la montaña, los valles, hasta los llanos nos han dejado un legado inconmensurable en arquitectura y urbanismo, una gran riqueza de obras proyectadas y construidas por los médicos-brujos de la forma y espacio. En esta época de gran bonanza de nuestros recursos naturales. una vez más hemos tenido la oportunidad como sociedad de crear algo cuya belleza esté a la altura del gran entorno natural en el que vivimos.
Y por el contrario así de pobres son y siempre serán los edificios diseñados por políticos. Toda edificación tiene un impacto sobre el medio ambiente y particularmente en el medio ambiente construido de las ciudades se produce un impacto urbano sobre las vías de circulación peatonales y los espacios públicos cuando la población que ocupa la nueva edificación ingresa y sale, un impacto sobre las vías vehiculares cuando los automóviles se detienen momentáneamente o cuando también ingresan y salen de los estacionamientos, se produce un impacto sobre los sistemas de dotación de servicios y sobre los sistemas de evacuación de desechos sólidos y sobre las alcantarillas sanitarias y pluviales. Los edificios forman parte de un tejido urbano sensible a las mas mínimas modificaciones en su superficie y en su volumen y los profesionales responsables de la medición y calculo de estos impactos positivos y negativos son los Arquitectos. El impacto urbano positivo de un edificio nuevo puede darse por ejemplo cuando se han planificado espacios públicos en forma de foyer, atrios y/o plazas que sirven como "buffers" y absorben las fluctuaciones repentinas de intensidad de uso en horas pico. Los arquitectos en función publica responsables de la aprobación de planos de construcción, deberán prestar especial atención a la tipología de la edificación, no solamente a los parámetros de ocupación de suelo, para medir con la mayor precisión posible el impacto urbano de la edificación sobre su entorno inmediato, deberán además controlar la desmedida especulación que realizan los constructores y los promotores y deberán obligar a estos a ceder el espacio necesario dentro de su propiedad en beneficio de la ciudad. Los promotores y constructores interesados en proponer alternativas sostenibles en el mercado inmobiliario deberán comenzar a comprender que el espacio público es una inversión, no es una pérdida de terreno y tampoco es solo "el retiro". La teoría de figura - terreno nos indica que el espacio resultante de colocar figuras debiera ser considerado con el mismo cuidado que las figuras mismas. (M. Frederick) En la década iniciada el 2010 varios sectores de las principales ciudades bolivianas han comenzado a experimentar una transformación en el cambio de uso de sus terrenos y/o en la intensificación del uso de sus predios. Sectores tradicionalmente residenciales han sufrido la invasión de tipologías arquitectónicas desproporcionadas en altura respecto de la capacidad de sus lotes, de sus vías y de sus instalaciones de servicios. Así como vías de circulación que por décadas han construido un carácter urbano de escala peatonal actualmente se ven ocupadas por camiones de carga comercial de alto tonelaje obstruyendo la circulación vehicular y peatonal. Un ejemplo de impacto urbano negativo que tiene serias repercusiones sobre la calidad de vida de los ciudadanos es aquel en el cual los promotores/constructores/arquitectos no han previsto el espacio adecuado para el estacionamiento temporal de vehículos y asumen que las vías publicas adyacentes a su edificación deberán absorber este impacto. Es necesario hacer publicar que es OBLIGACION de los gobiernos municipales ejercer autoridad y fiscalizar el cumplimiento de estas normas urbanísticas. Vías de circulación de primer orden en barrios de expansión de la década de los 2000 en muchos casos muy mal planificadas con solamente 2 carriles de circulación, se encuentran actualmente sobre-saturadas en por la aprobación de nuevas edificaciones educativas (colegios, universidades y edificios comerciales) que asumen que las las vías públicas pueden ser utilizadas en su beneficio para estacionamiento privado temporal de sus usuarios, causando embotellamientos de tráfico vehicular y potencialmente accidentes. ![]() Irpavi en la ciudad de La Paz, avenida de primer orden con un solo carril de circulación vehicular disponible utilizado además como espacio de parada temporal de transporte, el GAMLP no fiscaliza el estacionamiento al interior del predio de uso comercial, ni fiscaliza la implementacion de espacios de estacionamiento público. Edificios de más de 15 pisos de altura con un volumen de más de 3000 metros cuadrados, desalojan a sus usuarios sobre aceras de 2m de ancho.
Peor aún, recientemente se han hecho publicas imágenes de proyectos para nuevos edificios que albergaran funciones públicas del estado, que no consideran espacio público de recepción o desalojo de usuarios, ni espacios de estacionamiento temporal, utilizan el 100% de sus predios para el desarrollo del programa privado, y se pone en evidencia la dudosa procedencia de los diseños para semejantes obras de infraestructura pública que no ha sido proyectada con una perspectiva profesional idónea. La población deberá conocer sus obligaciones y derechos respecto del impacto urbano de las nuevas edificaciones y sus obligaciones y derechos respecto de los espacios públicos como una necesidad básica de la convivencia en las ciudades sostenibles. Hace pocos días se han hecho públicas en las >> redes sociales << (de manera extra oficial), algunas imágenes del proyecto ganador del concurso para la Casa de Las Culturas "Apiaguaiki Tumpa", en Santa Cruz de La Sierra. Hare uso de esta oportunidad para reflexionar sobre los criterios que yo considero deben aplicarse un concurso de estas características y tal vez también cuestionar algunos temas e invitar a la discusión disciplinar crítica y constructiva. Es importante que los colegas arquitectos (sobre todo los docentes universitarios) y también los vecinos opinen sobre un proyecto que ocupa un sitio tan importante dentro del tejido urbano en el centro histórico de Santa Cruz, especialmente en un sector donde en los últimos años se han hecho esfuerzos significativos para mejorar la calidad de los espacios públicos. Y en mi opinión es justamente el espacio público, el elemento de organización arquitectónica al cual debiera dársele prioridad. Los proyectistas tanto como los promotores deben comprender que la fuerza de los centros históricos con estructura colonial se enriquece cuando se realiza una correcta lectura del sistema de espacios públicos que la componen. Los componentes de un sistema de espacios públicos son entre otros: Las calles, las aceras, las galerías, las plazas, las plazuelas, los retiros, los remansos, los zaguanes, los patios centrales, los patios excéntricos, las escalinatas que conducen a los enfarolados, a los balcones, a las terrazas y a las torres. Obviamente el arquitecto tiene el poder de también adoptar posturas políticas, y ante una estructura urbana colonial el arquitecto y los promotores pueden reforzar esta estructura o la pueden debilitar. Mi postura se inclina por reforzar las estructuras urbanas coloniales como en el centro de Santa Cruz, estoy convencido de que el reconocer estos elementos que le dan riqueza a una zona es beneficioso desde todo punto de vista, sino hay que echarle un vistazo a las ciudades coloniales más exitosas en términos de turismo receptivo y contraponer ese éxito con la calidad de vida de los usuarios domésticos, en ambos casos el resultado es más que positivo. Otros elementos que contribuyen con esa idea de reforzar el sistema en una segunda instancia, siempre después de la estructura del espacio, son los materiales, la capacidad de los proyectistas y los promotores de sensibilizarse con los materiales predominantes en el sector puede generar un proyecto aun mejor integrado y que actúa como un contribuyente a la creación de conjuntos urbanos con una fuerte cohesión. Aquí se puede discutir bastante porque los hay muchos arquitectos que tienen una posición contraria, existen posiciones de arquitectos que consideran a la arquitectura como un hecho que existe e interesa solamente dentro de los límites municipales de su terreno y además opinan que el hecho arquitectónico es una mayor contribución cuando es autorreferencial, cuando su estructura espacial está relacionada más bien con sistemas exclusivamente geométricos, topológicos y abstracciones formales. Estas otras posturas hablan de introducir materiales ajenos a los conjuntos para destacar por contraste, hablan de la riqueza de la fragmentación y de la fuerza de las singularidades. Para mí, esas son posturas solo validas dentro de la democracia en la que vivimos, y aunque no me cuesta comprenderlas, no comparto nunca una idea que debilita un conjunto antes que reforzarlo.
Si lo singular es importante en la era postmoderna ahí está la basílica de ladrillo, el elemento de mayor jerarquía en ese segmento del tejido urbano y la referencia de materialidad de mayor factura. Tipológicamente hablando, la basílica es tal vez la referencia más importante de la integración del espacio arquitectónico y el espacio público - un templo. El programa de requerimientos del concurso para el edificio - otro templo - un templo para enaltecer expresiones culturales diferentes, otro auditorio, otras oficinas, otras salas de uso múltiple, estacionamientos subterráneos, etc. +/- 5,000 metros cuadrados de espacios mayoritariamente públicos, de áreas que deben invitar a ser visitadas, recorridas, y por lo tanto en mi opinión formar parte de la continuidad del espacio público. De la convocatoria……"el carácter conceptual del objeto arquitectónico a diseñar considere elementos de vanguardia y lenguaje universal en relación a la expresión formal del diseño". Probablemente uno de los términos más gastados y frivolizados hoy en día (luego de minimalismo) es "vanguardia", un término utilizado inicialmente en las artes a principios del siglo XX y referido a movimientos de pintura, hoy se lo utiliza de una manera más ambigua en las convocatorias y lamentablemente de una manera frívola en las respuestas a esas convocatorias, de cualquier manera, la convocatoria se hace solicitando un nivel muy alto de subjetividad, en esa búsqueda de “vanguardia” y universalidad. A veces la falta de especificidad y objetividad en una convocatoria para un centro histórico puede llevar a resultados débiles y aislados. Sin la conexión física ni la continuidad espacial con una narrativa urbana construida sobre la base de tradiciones, usos, costumbres y sensaciones; Construidas también sobre mucho tiempo. |
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Critica Arquitectural, La Paz, Bolivia Archives
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